"I love the smell of napalm in the morning."

Roma, la ciudad eterna


Cualquiera que haya estado en Roma entiende porqué todo aquél que la visita se enamora de ella sin remedio.
Roma es una de las tres ciudades santas (junto con Jerusalén y la Meca). Desde su fundación en el año 753 a.C. ha ejercido un atractivo irresistible sobre todos los pueblos de la tierra. Ni yo mismo me libro de su hipnótica atracción, por que lo que me propuse hindagar en la historia de la ciudad y descubrí numerosas anécdotas ligadas a paso de las distintas civilizaciones que han tratado con mayor o menor éxito de tomarla por la fuerza:

-Ya en tiempos antiguos, la República de Roma se enfrentó a los galos en numerosas guerras por el control de la Península Itálica. En 387 a.C., los romanos fueron derrotados y la ciudad saqueada. El ejército galo exigió el pago de mil libras de oro a cambio de su retirada. Cuando los romanos protestaron debido a que los galos estaban usando una balanza trucada a su favor, el jefe galo Breno añadió su propia espada al peso de la balanza exclamando "Vae victis" (¡Ay de los vencidos!) que viene a significar que los conquistados no tienen ningún derecho.
Los romanos estaban tan humillados que, posteriormente, alteraron el final de la historia con la épica llegada de su héroe Furio Camilo al mando de un ejército que derrotó a los galos, al tiempo que exclamaba "Non aurum, sed ferro, recuperanda est patriae" (No es el oro, sino el acero, lo que recupera la patria). Es muy probable que esto nunca sucediera.

-En 1526, el papa Clemente VII rompe su neutralidad para aliarse con Francia y frenar la creciente influencia en la región de Carlos I de España (y V de Alemania). Al año siguiente, fuerzas hispano-imperiales toman Roma. Lamentablemente, los soldados se amotinan porque llevan meses sin ser pagados, y durante varios días una oleada de asesinatos, violaciones y saqueos azota la urbe. Estos hechos pasarían a la historia con el nombre de "El Saco de Roma".

Más de mil soldados españoles se dirigen al Vaticano y se enfrentan a unos 150 Guardias Suizos en la plaza de San Pedro. Los españoles pagaron un alto precio en sangre por cada paso que los formidables alabarderos retrocedían hacia las escalinatas de la basílica. La diestra guardia del papa formó en círculo entorno al pontífice y más de 100 de ellos cayeron en combate.

Finalmente, gracias al sacrificio de su fiel guardia, el papa logró alcanzar un pasadizo secreto de la basílica de San Pedro que conducía a su fortaleza personal, el castillo de Sant'Angelo, a 1 km escaso de allí. Clemente VII hubo de pagar un generoso rescate en oro para que las fuerzas ocupantes se retiraran. No obstante, el fevor católico de Carlos I le llevó a pedir disculpas públicas por los excesos cometidos por la tropa.

-En la segunda mitad del siglo XIX, los vientos revolucionarios soplan con fuerza en Italia y comienza la unificación nacional en torno al reino de Piamonte-Cerdeña. Para el 1870, a Victor Manuel II sólo le falta hacerse con la ciudad de Roma y sus alrededores, puesto que el papa Pío IX se niega a disolver los Estados Papales y renunciar a sus poderes seculares.

Las potencias católicas se encargan de reprimir las revueltas y sostener militarmente a este decadente estado. Pero en 1870, estalla la guerra franco-prusiana y el emperador Napoleón III reúne a todas sus tropas justo antes de la batalla del Sedán (incluyendo la guarnición desplegada en Roma). Una vez derrotado el II Imperio Francés, Victor Manuel II tiene las manos libres para entrar triunfalmente en ella y declararla capital del Reino de Italia, terminado la unificación.

Pero el papa se negó a reconocer esta pérdida, y se autoproclamó "prisionero en el Vaticano". Tanto él como sus sucesores se negaban a abandonar la basílica en una muestra de desafío. Esta pugna entre el papa y el reino de Italia se conoció como "la cuestión romana" y fue tema recurrente en las relaciones diplomáticas europeas de finales del siglo XIX.El conflicto no terminó hasta 1929, cuando Mussolini y el papa Pío XI suscribieron los Pactos de Letrán, en virtud de los cuales se reconocía la soberanía del estado del Vaticano (limitado a 44 ha). La Santa Sede recebía también ventajas fiscales, un importante poder sobre el sistema educativo y el estatus de religión oficial de Italia.

Como véis, el aura legendaria de Roma se tradujo en una interminable sucesión de conquistadores y conquistados. Galos, romanos, godos, bizantinos, sarracenos, normandos...

Dos milenios y medio más tarde, este crisol de culturas no ha conllevado a la ruina de la ciudad, sino justo lo contrario. Con esta valiosa lección de la Historia, Roma se ha ganado el apelativo de "la Ciudad Eterna".

4 comentarios:

  1. Siempre me gusto aquella frase de la pelicula Espartaco de Kubrik, en donde el consul Romano dice "Si roma, no existiera habria que soñarla".
    Un Saludo.

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  2. Bueno, en realidad no la compadezco porque ellos conquistaron muchíiiisimo más que fueron conquistados, pero bueno, los españoles tenemos porqué callar en esta materia..jejjeje

    Muy buen análisis, como siemrpe.
    Y esperando nueva sórdenes, capitán

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  3. Ai artista! me encantan tus historias aunque tarde medio siglo en leerlas, perdoname pero leo muy despacio porque no me quiero perder detalle!!! ^^
    pd: me ha gustado mucho la cancion que me mandaste! te puedes creer que nunca antes la habia escuchado! :O!

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  4. En realidad ese episodio sí ocurrió. Sólo que no se produjo inmediatamente después del saqueo de Roma, sinó que fue despues de varios meses. Furio Camilo fue un general romano que estaba en el exilio. había sido expulsado varios años antes no recuerdo bajo que acusación. y el ejercito lo reun

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